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jueves, 25 de agosto de 2011

De ebrias y erratas.

_y una cosa que te quede bien clara. No soy como cualquier otra mujer._Agregué molesta.
Pero qué cosas digo. De esa frase antes debería convecerme yo. Cualquier palabra dicha después de establecer una plática en el mensajero en pleno estado de ebriedad no tiene validez.
Que a media borrachera con mi mejor amiga me le haya escapado hacia mi cuarto para prender la computadora y buscar a mis víctimas en ese estado esplendoroso de la consciencia en el cual las verdades fluyen, fluyen... No es un buen pretexto para las muchas tonterías que cometí.
La primera: ¿Qué chingao tengo que andar informando a mi ex que quiero verlo? Ahora el ego del hombrecito debe andar contoneandose de aquí para alla.
_De haber sabido que estabas así no te hubiera contestado._ Me escribió con una mezcla de respeto y vanidad.
Está bien. Errores, estamos llenos de ellos.
Segunda errata: Se conecta tu amigo, ese con el que hace años te diste unos besos y ahora que te sabe libre vuelve para saber si aún existen posibilidades. Te pregunta cómo estás y ni siquiera en defensa propia puedes contestar que bien. Le dices que estás triste, que necesitas platicar con alguien. Cómo te atreves en ese estado alcohólico. Te metes a bañar, quién sabe cómo no te resbalas en mitad del baño. Aún te sobra tiempo para cepillarte el cabello y ponerte un mini short. El susodicho viene de lejos, hace más de una hora en su moto para llegar a tu casa. Total que te abraza en las escaleras, se porta lindísimo. Pero tú no te comportas. Quieres besarlo, la idea se te mete en la cabeza y necia como eres te propones conseguirlo. Pero ¡oh sorpresa!, el hombre no viajó a las diez de la noche con malas intenciones, o_lo más probable_ destruiste su espíritu de cazador. Qué más da. Se fue sin besarte y ahora no manda más mensajes melosos.
Y ése que debió estar conectado para que le reclamaras todo aquello que has guardado por orgullo se salvó. Qué injustas son las situaciones. No sirvió de nada mi celular sin crédito, cuando tengo la computadora cerca de mis manos.

lunes, 22 de agosto de 2011

La sopa està fría

No me había percatado hasta hace poco que peco de egoísmo. Una sobredosis de egoísmo. Una especie de autoconciencia que sólo mira hacia dentro. Ahora que el éxtasis de la soltería ha pasado, lo extraño terriblemente. Los recuerdos me empiezan a atacar en cada cosa que hago. Escuchar música sin terminar chillando a moco tendido es casi una misión imposible. Ni siquiera puedo evadirme con algún juego pues en la máquina tengo instalados los que él jugaba sin descanso. Vaya vida. Lo peor fue el sábado. Me quedé sola en casa, el departamento es grande. Siempre he odiado los fines de semana pero nunca como ahora. Una especie de ansiedad se apoderó de mi y no había siquiera dónde salir corriendo. Sin dinero casi todo es imposible. Pero un amigo salió a mi rescate, vino en moto a pesar de la lluvia sin importarle manejar más de una hora desde su casa. Eso se llama interés. Fuimos a tomar unas frías y a cenar. El hombre traía una gripa terrible, me parece que hasta tenía temperatura. Me compró rosas y platicamos por horas. Realmente me siento agradecida con él. Hasta tuve ganas de darle un beso, pero no, sería engañarnos. Ambos estamos susceptibles de cariño. Los dos como la canción de Cortéz queremos "miguitas de ternura". Ahora que me siento de esta manera puedo entender cuánto daño le causé a mi ex. Algunas de mis cosas siguen en su casa. Tuvo que convivir con mi recuerdo, con su soledad y con su dolor. Soy realmente cruel asì que ahora mejor le doy unos buenos tragos a mi propia sopa. Snif...

viernes, 5 de agosto de 2011

Un día sola. Necesito privacidad. No quisiera sonar egoísta, pero cualquier día de estos exploto y va a arder Troya.
Salir a cualquier parte, no importa el lugar ni la compañía: sólo estar fuera de mí misma. Llego a casa y las ventanas cerradas inundan de sopores y olores todo. Cocino para olvidar. Como sin ganas; la dieta no está funcionando, pero me hace sentir bien saber que por lo menos no he subido más de lo necesario. La lluvia es triste cuando estás solo, aunque la prefiero a esos días soleados y terribles en que el sol se filtra por las ventanas clavándose en los muebles. Dije que no fumaría más, y siempre termino haciéndolo y sintiéndome mal, claro físicamente, hace mucho que abandoné el malestar moral, eso ha sido un enorme logro en mi vida. 
La nostalgia me invadió de nuevo, huyo como puedo, hago lo posible. No he llorado, es la cosa más extraña. ¿Qué está pasando? Las lágrimas son algo nato en mi, siempre he llorado por todo. Ahora no. Algo en mí me obliga a no hacerlo, si caigo en un pozo nada podrá sacarme, y como no hay nadie que me auxilie, mejor me mantengo al borde de la situación. Mentirme diciéndome que nada pasa. Objetiva, tratando de ser objetiva, cosa que nunca ha existido en mi vida. Amo la fantasía.