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lunes, 22 de agosto de 2011

La sopa està fría

No me había percatado hasta hace poco que peco de egoísmo. Una sobredosis de egoísmo. Una especie de autoconciencia que sólo mira hacia dentro. Ahora que el éxtasis de la soltería ha pasado, lo extraño terriblemente. Los recuerdos me empiezan a atacar en cada cosa que hago. Escuchar música sin terminar chillando a moco tendido es casi una misión imposible. Ni siquiera puedo evadirme con algún juego pues en la máquina tengo instalados los que él jugaba sin descanso. Vaya vida. Lo peor fue el sábado. Me quedé sola en casa, el departamento es grande. Siempre he odiado los fines de semana pero nunca como ahora. Una especie de ansiedad se apoderó de mi y no había siquiera dónde salir corriendo. Sin dinero casi todo es imposible. Pero un amigo salió a mi rescate, vino en moto a pesar de la lluvia sin importarle manejar más de una hora desde su casa. Eso se llama interés. Fuimos a tomar unas frías y a cenar. El hombre traía una gripa terrible, me parece que hasta tenía temperatura. Me compró rosas y platicamos por horas. Realmente me siento agradecida con él. Hasta tuve ganas de darle un beso, pero no, sería engañarnos. Ambos estamos susceptibles de cariño. Los dos como la canción de Cortéz queremos "miguitas de ternura". Ahora que me siento de esta manera puedo entender cuánto daño le causé a mi ex. Algunas de mis cosas siguen en su casa. Tuvo que convivir con mi recuerdo, con su soledad y con su dolor. Soy realmente cruel asì que ahora mejor le doy unos buenos tragos a mi propia sopa. Snif...

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